Mostrando entradas con la etiqueta DERECHO A RÉPLICA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DERECHO A RÉPLICA. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de octubre de 2010

CARTA AL DIRECTOR

ABC Digital
El senador nacional Hugo Esteban Estigarribia Gutiérrez remitió una carta al director de ABC Color. El texto de la misiva expresa lo siguiente:

“Por la presente me dirijo a usted, y por su intermedio a sus lectores, con relación a una publicación aparecida en el medio bajo su dirección, en el segmento de análisis político del Sr. Osmar Gómez. En la publicación de fecha domingo 26 de setiembre pasado, bajo el título de ‘Escenario político la nueva integración que seduce’ el mencionado periodista afirma: ‘El delicado caso de Nicanor quedó abierto y en manos de los políticos, quienes hasta ahora deberán decidir sobre la resolución de la máxima instancia judicial poniendo en debate incluso el Estado de derecho. El incumplimiento del acuerdo de parte de Vanguardia Colorada de apoyar el juramento de Nicanor generó un terremoto en el movimiento. La sorpresiva decisión de Hugo Estigarribia, que hasta hace poco era uno de los más fieles escuderos de Luis Castiglioni pero que en este caso optó por apoyar al ex presidente Juan Carlos Wasmosy en su enfrentamiento personal con Nicanor, abrió una grieta dentro del castiglionismo’. Haciendo uso del derecho a réplica que me otorga la ley, cumplo en aclarar que nunca fui escudero de nadie, sino un político con criterio propio y actuaciones claras cuando era parte de un movimiento con el Ing. Luis Castiglioni. Mi postura con relación al juramento del Sr. Nicanor Duarte Frutos obedece única y exclusivamente al mandato de respetar la Constitución Nacional y la institucionalidad de la República, posición que he sostenido con anterioridad a cualquier opinión posterior que pudiera, eventualmente, coincidir con la mía. No coincido con el Sr. Gómez cuando argumenta que ‘La negociación política es el único camino mediante el cual se resolverá la cuestión’. Si creyera que la Constitución Nacional es negociable y, aún más, desde un punto de vista político, ya lo hubiese hecho. Mi opinión es que la norma fundamental se cumple, no se negocia, principio que debe ser sostenido por todo buen ciudadano, y con mayor razón si se halla en servicio público con mandato electivo, como es mi caso. En cuanto a que la opinión del ex presidente Juan Carlos Wasmosy, con todo respeto y consideración, pudo coincidir accidentalmente con la mía, fue solo eso: un mero hecho casual. Constituye pues una burda mentira el insinuar, como lo hace el periodista Osmar Gómez en la citada publicación, que he apoyado la posición del mismo, pues no existió tal hecho ni influencia alguna sobre mi actuar. Es más, debo decirle que mi posición ya fue públicamente sostenida, con argumentos jurídicos y no políticos, con anterioridad a la del Sr. Wasmosy, y basta revisar publicaciones escritas para corroborarlo. No veo pues razón alguna para relacionar su postura con la mía en este momento, pues el mismo no está en el circuito político hace tiempo, y como hombre libre que soy, perteneciente a una ‘asociación de hombres libres’ como lo es el Partido Colorado, conforme a su Manifiesto fundacional, no acostumbro a recibir órdenes de nadie, lo cual he demostrado con creces en oportunidad de oponerme al juramento del Sr. Duarte Frutos como senador activo u ordinario, incluso a pesar del criterio contrario del Movimiento Vanguardia Colorada, del que he sido injustamente expulsado, según declaraciones no desautorizadas del líder de bancada en el Senado, por sostener mi posición conforme a la Constitución y a las leyes, como lo haría todo buen republicano. Me ratifico, consecuentemente, en los términos manifestados al Sr. Hugo Ruiz Olazar en entrevista para este medio publicada en fecha miércoles 23 de setiembre del año 2010: ‘Yo he sido coherente con lo que dice la Constitución, la ley y el manifiesto del Partido Colorado: Puede ser que haya sido una coincidencia que Wasmosy haya sacado un comunicado. Rechazo, niego y considero de mala fe eso. Es propio de hombres débiles que digan eso. El ladrón juzga por sí’. Mi postura no ha cambiado ni apoyó la de nadie, desde un principio sostuve esa posición y la mantuve; las demás posturas coincidentes constituyen una accidental casualidad y nada tienen que ver con mis manifestaciones y actos, que quede claro. Sin otro particular, y habiendo realizado las aclaraciones correspondientes, por respeto a los ciudadanos que creen y confían en mi gestión y que pudieran verse sorprendidos con dicha publicación del medio que usted dirige, me despido muy atentamente”, concluye la carta.

viernes, 27 de agosto de 2010

DERECHO A RÉPLICA

Fuente: Diario ABC Color

El senador Hugo Estigarribia Gutiérrez remitió una carta al director de ABC Color con relación a un comentario publicado días pasados. El texto de la misma es la siguiente:“Por la presente me dirijo a usted, y por su intermedio a sus lectores, con relación a publicaciones aparecidas en el medio bajo su dirección, en la sección denominada ÑE’ÊMBEGUEPE, del 16 de agosto pasado. En la misma se afirma lo siguiente: ‘El nuevo politólogo e intérprete del viento del coloradismo, Beto Ovelar, anunció que quedó muy satisfecho después de escuchar el informe de su nuevo líder, Johnny Bravo, sobre el encuentro con su ex líder, Nicanor. Otro que estuvo perorando por las radios por el mismo tema es Huguito Estigarribia, quien ya se olvidó de su líder Stroessner’. En honor a las personas que confían en mi gestión como senador de la Nación y como miembro de la bancada de Vanguardia Colorada en el Senado, me parece pertinente aclarar que no soy ni fui partidario de tal régimen, y por el contrario, ya en la Universidad, en el marco de acción de los centros estudiantiles y como afiliado de la ANR, milité en contra del mismo. Sin otro particular, y habiendo realizado las aclaraciones correspondientes, por respeto a los ciudadanos que creen y confían en mi gestión, y que pudieran verse sorprendidos con dicha publicación del medio que usted dirige, me despido muy atentamente”, finaliza la carta.

26 de Agosto de 2010

lunes, 2 de noviembre de 2009

DERECHO A RÉPLICA. ¿Los secuestradores no leen los diarios?

 

FUENTE: DIARIO ABC COLOR

El senador colorado Hugo Esteban Estigarribia Gutiérrez remitió una carta al director en relación a un artículo de opinión publicado el pasado 25 de octubre. El texto de la misma es el siguiente:



Tengo a bien dirigirme a usted, y por su intermedio a todos los lectores, en ejercicio de mi derecho establecido en el último párrafo del artículo 28 de la Constitución Nacional, al haber sido afectado por una publicación periodística de fecha 25 de octubre de 2009, en un artículo de opinión firmado por Marcos Cáceres, bajo el título de “Oportunismo galopante”, en el cual el periodista acreditado ante el Senado de la Nación, en representación del medio bajo su dirección, se explaya acerca del secuestro del ganadero Fidel Zavala cuestionando algunos dichos de políticos a los que considera más guiados por el sentido de oportunidad que por la prudencia e interés en lograr recuperar sana y salva a la víctima. En el mencionado artículo de opinión, al hacer mención a mi persona, el periodista afirma lo siguiente: “Otro [aporte positivo] para calmar el ambiente y sin la menor intención de rédito político (je) fue el del senador Hugo Estigarribia, quien instó a Camilo Soares y a otros del gabinete de Lugo a que les pidan a sus ex amigos de Patria Libre que devuelvan con vida a Zavala”.


Sin ánimo de polemizar, al respecto, realizo las siguientes precisiones:


Mis declaraciones fueron realizadas en honor a la vida, y con el único objetivo de preservar la integridad del señor Zavala, buscando una comunicación con gente que ha conocido en algún momento a los secuestradores para que el secuestrado sea al menos bien tratado y cuidado por sus captores ya que sus familiares manifestaron por la prensa escrita que es alérgico y requiere tomar remedios; en momentos en que un importante sector de la opinión pública, y actores políticos relevantes, ponían en duda la posición de algunos actores y partidos políticos que apoyan al presidente Fernando Lugo e integran su gabinete ministerial, por no haberse manifestado claramente en contra de este secuestro y con respecto al Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP), supuesto brazo ejecutor de este plagio. Aconteció que, apenas recibidas las aclaraciones requeridas por parte del ministro Camilo Soares, quien desmintió cualquier simpatía o relacionamiento con los integrantes del EPP de parte suya y de su partido político, en medios de prensa, tanto en el pasado como en el presente, manifestándose contrario a cualquier forma violenta de lucha por el poder, he expresado mi satisfacción al respecto, dando por concluido el tema. Este hecho se omite en el artículo publicado en su medio, dándole a mis expresiones un contexto erróneo.



Con respecto a lo dicho por el periodista acerca de si yo podría solicitar a algunos de mis correligionarios que revelen “dónde están los desaparecidos de la dictadura stronista” y hasta convencerlos “de que devuelvan lo robado durante ese nefasto régimen”, interpreto el intento por relacionar mis declaraciones con dicho párrafo; y aclaro que la amistad es una relación voluntaria y de afectos, en tanto que el conglomerado en un Partido Político no necesariamente reúne esos requisitos, ser correligionario no es ser amigo, menos cómplice o encubridor de hechos delictivos, sino casualmente ser afiliado a una misma asociación política; las responsabilidades son personales y la justicia debe funcionar para aplicarles todo el peso de la ley; en tanto que en lo político la ciudadanía tiene el derecho al voto y actúa en consecuencia, como lo ha hecho.

 

Las personas involucradas en los hechos referidos no deberían quedar impunes por la presunta comisión de tan graves delitos; es más, deseo fervientemente que alguna vez se hagan las investigaciones pertinentes, dilucidando tales hechos con castigo a los responsables, no tenga dudas. No he sido responsable ni cómplice de esos hechos, ni los encubriría jamás, más aún habiendo yo militado, como estudiante y dirigente universitario, en contra de un esquema político autoritario y opresor que imperaba en Paraguay, al cual hace referencia también el autor del artículo.

 

En cuanto a los hechos de corrupción, debo decir que ellos no tienen color ni partido político; solamente individualidades; aclarando, que no tengo vinculación alguna con delincuentes o hechos punibles; si es que era esa la explicación requerida por el periodista. En caso de que él considere lo contrario, le invito a aportar las pruebas necesarias; o en su defecto a darse también por satisfecho con estas explicaciones.



Y, finalmente, con relación al último párrafo del artículo: “En fin. Ojalá que el caso de Fidel Zavala termine bien, contra el deseo de unos pocos, y que algunos políticos dejen de recurrir a tácticas que dan vergüenza ajena creyendo que quedan bien ante la opinión pública”, estimo que así como yo brindé los nombres de quienes consideraba debían aclarar su relación y posición con respecto al EPP, y lo hicieron, el periodista también debería dar los nombres de esas personas que no desean un final feliz para este secuestro, si los tuviera; pues, con estas generalizaciones “temerarias” e “irresponsables”, terminamos todos en la misma “bolsa”. En ningún momento hice referencia a un final “no bueno” para el Sr. Fidel Zavala; el único que realizó tan “infeliz” afirmación, además poniéndola en la intención de personas que no dijeron eso, fue justamente el periodista. ¿Creerá él que los secuestradores no leen los diarios?”, finaliza la carta.

El senador colorado Hugo Esteban Estigarribia Gutiérrez remitió una carta al director en relación a un artículo de opinión publicado el pasado 25 de octubre. El texto de la misma es el siguiente:

Tengo a bien dirigirme a usted, y por su intermedio a todos los lectores, en ejercicio de mi derecho establecido en el último párrafo del artículo 28 de la Constitución Nacional, al haber sido afectado por una publicación periodística de fecha 25 de octubre de 2009, en un artículo de opinión firmado por Marcos Cáceres, bajo el título de “Oportunismo galopante”, en el cual el periodista acreditado ante el Senado de la Nación, en representación del medio bajo su dirección, se explaya acerca del secuestro del ganadero Fidel Zavala cuestionando algunos dichos de políticos a los que considera más guiados por el sentido de oportunidad que por la prudencia e interés en lograr recuperar sana y salva a la víctima. En el mencionado artículo de opinión, al hacer mención a mi persona, el periodista afirma lo siguiente: “Otro [aporte positivo] para calmar el ambiente y sin la menor intención de rédito político (je) fue el del senador Hugo Estigarribia, quien instó a Camilo Soares y a otros del gabinete de Lugo a que les pidan a sus ex amigos de Patria Libre que devuelvan con vida a Zavala”.

Sin ánimo de polemizar, al respecto, realizo las siguientes precisiones:
Mis declaraciones fueron realizadas en honor a la vida, y con el único objetivo de preservar la integridad del señor Zavala, buscando una comunicación con gente que ha conocido en algún momento a los secuestradores para que el secuestrado sea al menos bien tratado y cuidado por sus captores ya que sus familiares manifestaron por la prensa escrita que es alérgico y requiere tomar remedios; en momentos en que un importante sector de la opinión pública, y actores políticos relevantes, ponían en duda la posición de algunos actores y partidos políticos que apoyan al presidente Fernando Lugo e integran su gabinete ministerial, por no haberse manifestado claramente en contra de este secuestro y con respecto al Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP), supuesto brazo ejecutor de este plagio. Aconteció que, apenas recibidas las aclaraciones requeridas por parte del ministro Camilo Soares, quien desmintió cualquier simpatía o relacionamiento con los integrantes del EPP de parte suya y de su partido político, en medios de prensa, tanto en el pasado como en el presente, manifestándose contrario a cualquier forma violenta de lucha por el poder, he expresado mi satisfacción al respecto, dando por concluido el tema. Este hecho se omite en el artículo publicado en su medio, dándole a mis expresiones un contexto erróneo.

Con respecto a lo dicho por el periodista acerca de si yo podría solicitar a algunos de mis correligionarios que revelen “dónde están los desaparecidos de la dictadura stronista” y hasta convencerlos “de que devuelvan lo robado durante ese nefasto régimen”, interpreto el intento por relacionar mis declaraciones con dicho párrafo; y aclaro que la amistad es una relación voluntaria y de afectos, en tanto que el conglomerado en un Partido Político no necesariamente reúne esos requisitos, ser correligionario no es ser amigo, menos cómplice o encubridor de hechos delictivos, sino casualmente ser afiliado a una misma asociación política; las responsabilidades son personales y la justicia debe funcionar para aplicarles todo el peso de la ley; en tanto que en lo político la ciudadanía tiene el derecho al voto y actúa en consecuencia, como lo ha hecho. Las personas involucradas en los hechos referidos no deberían quedar impunes por la presunta comisión de tan graves delitos; es más, deseo fervientemente que alguna vez se hagan las investigaciones pertinentes, dilucidando tales hechos con castigo a los responsables, no tenga dudas. No he sido responsable ni cómplice de esos hechos, ni los encubriría jamás, más aún habiendo yo militado, como estudiante y dirigente universitario, en contra de un esquema político autoritario y opresor que imperaba en Paraguay, al cual hace referencia también el autor del artículo. En cuanto a los hechos de corrupción, debo decir que ellos no tienen color ni partido político; solamente individualidades; aclarando, que no tengo vinculación alguna con delincuentes o hechos punibles; si es que era esa la explicación requerida por el periodista. En caso de que él considere lo contrario, le invito a aportar las pruebas necesarias; o en su defecto a darse también por satisfecho con estas explicaciones.

Y, finalmente, con relación al último párrafo del artículo: “En fin. Ojalá que el caso de Fidel Zavala termine bien, contra el deseo de unos pocos, y que algunos políticos dejen de recurrir a tácticas que dan vergüenza ajena creyendo que quedan bien ante la opinión pública”, estimo que así como yo brindé los nombres de quienes consideraba debían aclarar su relación y posición con respecto al EPP, y lo hicieron, el periodista también debería dar los nombres de esas personas que no desean un final feliz para este secuestro, si los tuviera; pues, con estas generalizaciones “temerarias” e “irresponsables”, terminamos todos en la misma “bolsa”. En ningún momento hice referencia a un final “no bueno” para el Sr. Fidel Zavala; el único que realizó tan “infeliz” afirmación, además poniéndola en la intención de personas que no dijeron eso, fue justamente el periodista. ¿Creerá él que los secuestradores no leen los diarios?”, finaliza la carta.

lunes, 8 de septiembre de 2008

DERECHO A RÉPLICA Señor Director del Diario La Nación

De mi consideración: Tengo a bien dirigirme a Usted, en ejercicio de mi derecho establecido en el último párrafo del artículo 28 de la Constitución Nacional, por haber sido afectado con una información falsa y distorsionada de declaraciones que he formulado en ejercicio de mis funciones de senador de la nación, con el objeto de manifestar cuanto sigue:
Que en el periódico bajo su dirección, de fecha miércoles 20 de mayo de 2009, en su sección Análisis, página 21, en el apartado titulado El Termómetro con foto y una flecha hacia abajo (indicando actuación incorrecta o mala) se me atribuyen declaraciones que no he realizado con respecto a un Proyecto de Ley de Descentralización que se ha tratado en la sesión extraordinaria del día martes 19 de mayo de 2009, en la Sala de Sesiones de la Honorable Cámara de Senadores. En la referida publicación, además, se me atribuye haber caído en una supuesta confusión sobre el tema Descentralización y la condición de República Unitaria; concluyendo con la frase: “El pueblo tiene derecho a exigir rigor conceptual de los legisladores”.

Al efecto de demostrar con claridad mis manifestaciones, en el tratamiento de dicho proyecto de ley, acompaño una copia de las mismas, de acuerdo con lo trascripto en el Borrador del Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, texto en el cual podrá apreciar claramente que tales expresiones son totalmente diferentes, a las que me fueran adjudicadas en el periódico de su dirección y, para muestra, tengo a bien repetir un párrafo de lo allí manifestado, en nombre de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Defensa Nacional y como vicepresidente de la misma: “Estamos mocionando el rechazo, no porque no queramos la descentralización ni mucho menos, sino porque queremos, es importante esto, que el país tenga una buena descentralización. Queremos una descentralización compatible con la Constitución Nacional, con el desarrollo nacional, con la competencia del gobierno central, de los gobiernos departamentales y de los gobiernos municipales”.

Asimismo, incluso he sugerido que en caso del rechazo del proyecto y que también sucediera lo mismo en la Cámara de Diputados, se “constituya una comisión bicameral que estudie un proyecto de ley de descentralización que incorpore todos los proyectos anteriores que se hayan trabajado, ya sea nivel académico o a nivel regional o municipal; y que esa comisión trabaje, armonice intereses departamentales, municipales; que convoque a las organizaciones pertinentes, a los gobiernos departamentales, a los municipios; y tras un importante debate, aporte y armonización legislativa, tengamos un proyecto final de ley de descentralización beneficioso para el país”.

Conforme a lo referido, surge con claridad irrefutable el sentido de mis expresiones, poniendo de manifiesto que, lamentablemente, el proyecto de ley de descentralización referido apuntaba a una descentralización política del país, lo cual es incompatible con la condición unitaria del Estado paraguayo que es la forma de Estado adoptada por la Constitución Nacional. En tal sentido, quiero decirle que profundizando la discusión científica del tema, toda ley reglamentaria a la Constitución Nacional que refiera a la descentralización deberá contemplar sola y exclusivamente una descentralización burocrática y administrativa, la cual sí es compatible con la forma unitaria de nuestro Estado; pues una descentralización política es propia de un Estado Federal, la cual sería contradictoria con nuestro texto constitucional.

Considero que la afirmación que se me ha adjudicado “de haber caído en una confusión” es errónea, pues cotidianamente ejerzo la docencia sobre este tema en la cátedra universitaria; investigo y analizo a profundidad estos asuntos, sobre los cuales tuve la oportunidad de discutir en el recinto legislativo, tanto a nivel de comisiones como en la sesión plenaria; además de contar con estudios especializados, a nivel de postgrado y maestrías, tanto en el Paraguay como en los Estados Unidos de América (conforme al breve currículo que adjunto) que me han llevado a conocer a cabalidad y solvencia lo que significa descentralización, Estado Unitario y Estado Federal, como para confundir tales conceptos y, menos aún, en ejercicio de mi misión legislativa.

En síntesis, el referido proyecto de ley tiene una absoluta contradicción con la Constitución Nacional vigente en varios de sus artículos, conforme dictamen que he expuesto en su oportunidad en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Defensa Nacional, y contradice los conceptos teóricos y científicos del tipo de descentralización que podrían ser aplicados a un Estado unitario. Su aprobación hubiera dado nacimiento a un proceso de descentralización dañino a los intereses del país y de sus habitantes, que preferimos evitar, buscando un futuro proyecto legislativo consensuado entre ambas Cámaras del Congreso, que se ajuste a las necesidades del país y a su normativa vigente, como es nuestra obligación, superando el atraso en que nos hallamos sumidos con este modelo de Estado centralizado ineficiente y burocrático.

El ejercicio de la función legislativa que el pueblo me ha asignado me obliga a tener responsabilidad y compromiso en el tratamiento de un tema tan importante, como lo he hecho, muy contrariamente a lo que se me imputa en la publicación referida, motivo por el cual he decidido hacer esta aclaración en honor a la verdad y a los compatriotas que han confiado en mi persona para representarlos en el Senado de la República.

Por último, coincido con la afirmación “el pueblo tiene derecho a exigir rigor conceptual a los legisladores”, pero agrego: “La prensa tiene la obligación de publicar las verdaderas afirmaciones de sus representantes para que el pueblo tenga una información adecuada y objetiva sobre las manifestaciones de sus legisladores”, derecho garantizado por el artículo 28 de la Constitución Nacional vigente, que dice en su primer párrafo: “Se reconoce el derecho a las personas a recibir información veraz, responsable y ecuánime”, lo cual ha sido vulnerado en esta oportunidad.

Sin otro particular y esperando la difusión de la presente carta en las mismas condiciones en que ha sido divulgada la publicación referida, me pongo a su disposición para cualquier debate, entrevista o declaración que estimare pertinente el medio bajo su dirección.

Muy atentamente,

Hugo Esteban Estigarribia Gutiérrez
Senador de la Nación