miércoles, 6 de abril de 2011

La ciudadanía debe insistir para desbloquear las “listas sábana”

ABC Digital
http://www.abc.com.py/nota/la-ciudadania-debe-insistir-para-desbloquear-las-listas-sabana-507/

No causó extrañeza que el Senado, por falta de votos necesarios, archivara el proyecto para desbloquear las “listas sábana” y darle al pueblo la autonomía necesaria para elegir a sus representantes. De cara a este revés sufrido en el Congreso, la ciudadanía no debe dejarse amilanar, sino, por el contrario, debe aunar voluntad y esfuerzo y activar desde ahora una cruzada mediática en el seno de la sociedad para forzar el desbloqueo de las listas de candidatos y posibilitar la elección de los mismos uninominalmente, según la preferencia de cada elector.

Formalmente, las instituciones democráticas son concebidas como medios primarios para la obtención y ejercicio de la autoridad política. Las elecciones son el procedimiento para legitimar ese poder. Por esa razón, después de la Constitución, la Ley Electoral es la más importante y fundamental, porque establece el mecanismo por medio del cual los ciudadanos ejercen su derecho a elegir libremente a las autoridades del poder público. Lamentablemente, en el Paraguay la ley electoral es un adefesio jurídico que no solo atenta contra los derechos políticos de los ciudadanos consagrados en el Capítulo X de nuestra Carta Magna, sino que en la práctica prostituye miserablemente la esencia misma de la democracia representativa en ella consagrada.

Aunque el Bicentenario de la Independencia Nacional encuentra hoy a nuestro país regido por un sistema democrático de gobierno que ha logrado la estabilidad política indispensable para que el pueblo pueda disfrutar en paz y libertad de sus derechos individuales y celebrar así con regocijo la magna conmemoración –a diferencia de lo que ocurrió en ocasión de su bochornoso primer centenario–, no por eso puede decirse que en el Paraguay exista hoy una genuina democracia. Como hace 200 años, hasta ahora el corrupto poder político nacional viene denegándole al pueblo su más elemental derecho democrático, cual es el poder ELEGIR libremente a las autoridades que lo representen en el gobierno de la Nación.

Contradictoriamente, tras la caída de la dictadura de Stroessner en 1989, el poder político pluripartidista instalado en el Parlamento al amparo de la libertad aprobó una ley electoral nominalmente inspirada en la nueva Constitución democrática en vigencia, pero que en la práctica retenía los mismos vicios que sin solución de continuidad han venido negando a los paraguayos, hasta hoy, el derecho democrático de elegir a sus representantes en el poder público. En tal sentido, hace casi un siglo un connotado político liberal, el doctor Teodosio González, denunciaba que: “La ley electoral vigente es sencillamente criminal; es el resultado de un complot entre dos partidos políticos, para monopolizar en su provecho exclusivo, la industria del sufragio en este país, aprovechando la facilidad que para ello les prestaban circunstancias favorables ocasionales”. Obviamente, hacía alusión a los dos partidos tradicionales, el Colorado y el Liberal.

Aunque supuestamente la actual ley electoral está inspirada en los principios de la democracia representativa consagrada en la Constitución Nacional, disponiendo “elecciones” libres y transparentes, en realidad ella retiene perversamente el cerrojo que impide al ciudadano elegir por quién votar. El fraudulento mecanismo legal adoptado para el efecto es el de las antidemocráticas “listas sábana”, que vino a sustituir así a la de los “Delegados” electorales de los partidos de antaño, nombrados en asambleas regionales a gusto y paladar de los caudillos, tal como lo hacen actualmente los “dueños” de cada partido para confeccionar sus nefastas listas, bloqueadas absolutamente a la libre expresión de la voluntad popular.

Pese a la creciente disconformidad ciudadana con tan perversa modalidad electoral, los parlamentarios y líderes de casi todos los partidos políticos paraguayos, sean ellos de centro, derecha o izquierda, defienden ferozmente la vigencia de la tramposa ley, con el falaz argumento de que el desbloqueo de las mismas traerá consigo la desnaturalización de los partidos políticos y su gradual debilitamiento, lo que supuestamente dañaría a la democracia. ¡Pamplinas!

Por su parte, la Justicia Electoral, en vez de tomar la iniciativa de propiciar la reforma de la ley que el pueblo reclama, ha optado por tomar partido a favor del Congreso y de la élite política liderando la oposición a tal medida. No es de extrañar entonces que, aunque vituperables para las auténticas democracias del mundo, en el Paraguay las “listas sábana” sigan gozando de buena salud. Es que debajo de ellas la desvergonzada clase política nacional prostituye impunemente a la democracia, sin que los electores tengan la posibilidad de hacer valer sus derechos para poner fin al ultraje.

Los argumentos esgrimidos por los defensores de las “listas sábana” carecen de toda gracia en cuanto a legitimidad y de todo sentimiento de verdad, aunque esto no parece importarles. Es que nuestros legisladores no representan a nadie; son representantes más bien de un flagrante y antidemocrático sectarismo político contrario al libre ejercicio de la voluntad popular. Consecuentemente, nada cabe esperar de ellos en lo que concierne al desbloqueo de las fatídicas listas electorales, pues, al final de cuentas, como los popes de la Justicia Electoral, ellos son los mayores beneficiarios de la rampante corrupción generada al amparo de la infame ley. Por tanto, no causó extrañeza que el Senado, por falta de los votos necesarios, archivara el jueves pasado un proyecto para desbloquear las “listas sábana” y darle al pueblo la autonomía necesaria para elegir a sus representantes.

De cara a tan vergonzoso déficit democrático y al revés sufrido recientemente en el Congreso que compromete el porvenir de la Nación, la ciudadanía no debe dejarse amilanar, sino, por el contrario, debe aunar voluntad y esfuerzo para crear una realidad democrática con cualquier sustancia, activando desde ahora una cruzada mediática en el seno de la sociedad para forzar el desbloqueo de las listas de candidatos y posibilitar la elección de los mismos uninominalmente, según la preferencia de cada elector. De esta forma, serán relegados al basurero de la historia política del Paraguay individuos corruptos, despreciados y hasta aborrecidos por gran parte de la sociedad, como Juan Carlos Galaverna, Oscar González Daher, Nicanor Duarte Frutos, Víctor Bernal, Víctor Bogado y muchos otros impresentables de nuestra fauna política contemporánea.

Para las movilizaciones políticas reivindicatorias del fundamental derecho democrático de ELEGIR –no meramente votar–, la ciudadanía debe buscar una forma de coordinación que conduzca a una conciencia pública compartida por todos; vale decir, buscar que cada ciudadano del grupo entienda la importancia del reclamo y sepa que los demás también lo entienden. Desde el momento en que este reclamo no va a encontrar eco en el Parlamento, ni en los estamentos superiores del Gobierno, menos aun en el seno de los partidos políticos, o de la corrupta Justicia Electoral, los medios sociales de comunicación pueden constituirse en eficaz instrumento para propagar la campaña reivindicatoria de la ciudadanía a través de los mensajes de texto y de otras herramientas de probada eficacia disponibles actualmente en dichas redes comunicacionales.

Para que valga la pena el esfuerzo ciudadano, la modificación de la antidemocrática ley electoral debe lograrse antes de las elecciones generales del 2013. Por eso, la movilización en tal sentido se la debe iniciar YA.

No hay comentarios: